PUBALGIA EN EL EMBARAZO

Es una patología relativamente común durante la gestación, ya que se estima que el 20% de las embarazadas pueden presentar un grado de dolor pélvico durante la gestación.

PUBALGIA EN EL EMBARAZO

PUBALGIA EN EL EMBARAZO

Es una patología relativamente común durante la gestación, ya que se estima que el 20% de las embarazadas pueden presentar un grado de dolor pélvico durante la gestación y de éstas, el 5% lo padecen en forma severa y hasta las inhabilita en su diario vivir.

De hecho, es tan común que, no solo afecta a las embarazadas, si no que puede sufrirlo cualquier persona: mujeres y hombres de diferentes edades, tanto es así, que se considera como una patología común en deportistas, sobre todo en actividades como el futbol.

¿QUÉ ES?

Se denomina de manera genérica pubalgia al síndrome inflamatorio en la región púbica; debido a una serie de lesiones que afectan a diferentes grupos musculares y tejidos blandos de la zona inguinal debido a un desequilibrio de los mismos y que manifiestan con dolor en el pubis.

Pero comprender qué significa esto…

Una leve introducción anatómica: la pelvis está compuesta por tres huesos grandes; dos iliacos y el sacro. Con la unión del sacro y los iliacos en la parte posterior de la pelvis se conforman las articulaciones sacroiliacas y en la parte anterior en la union de los dos iliacos la sínfisis púbica. Esta articulación cartilaginosa semi móvil y es de gran importancia para la movilidad de la pelvis, sobre todo las femeninas ya que gracias a esta los huesos pueden separarse en el momento del parto para que el bebé pueda pasar. Ademas, en esta región se insertan muchos músculos que intervienen en el movimiento de la pelvis tales como los abdominales y aductores.

¿POR QUÉ LES PASA A LAS EMBARAZADAS?

Se puede presentar tanto en el embarazo como en el puerperio y generar un dolor de intensidad variable en el área supra púbica, parte de la espalda, caderas, ingle… y que se acentúa al caminar, subir escaleras, girarse en la cama o al subir y bajar del coche; incluso puede llegar a irradiar a los muslos y empeorar de noche.

Las causas son multifactoriales y muy a menudo no hay una explicación clara de su origen; pero normalmente durante el embarazo es debido por una combinación de factores biomecánicos y hormonales.

  1. Las hormonas: durante el embarazo aumenta una hormona llamada relaxina, lo que hace que los ligamentos del cuerpo se vuelvan mas laxos, cosa esencial para ayudar en el parto pero hace que la articulación quede más “flojita” y que las ramas de la pelvis de separen con más facilidad de lo normal ante un esfuerzo o una sobrecarga.
  2. El bebé: a medida que el embarazo avanza y el bebé aumenta de tamaño, este va desplazando a los órganos y haciendo que todo se “recoloque”. Además, cuanto mayor peso va cogiendo el bebé, más peso se va cargando sobre la zona de la pelvis.
  3. La postura: conforme avanza el embarazo, también cambia la postura de la mamá para soportar mejor la carga de la tripita y mantener el equilibrio; haciendo que la pelvis cada vez esté en una posición más forzada.
  4. Los sobresfuerzos: debido al peso y la postura, a veces actividades que de manera habitual no son un ejercicio extenuante para la musculatura de la zona, puede ser demasiado exigente.
  5. Otros factores: influencia genética y factores específicos como; haber sufrido estas molestias en embarazos anteriores, un trauma pélvico anterior al embarazo, índice de masa corporal elevado…

¿ES GRAVE?

Esta afección no es grave, ni representa ningún peligro o problema en el niño que está por nacer… ¡ni se va ha enterar! Pero la madre sí que lo puede pasar mal, puesto que puede ser muy dolorosa, sobre todo al final del embarazo.

Normalmente se suelen recuperar entre las cuatro y seis semanas después del parto, pero a veces se revierten solas tras el alumbramiento. Sin embargo, tienen alta probabilidad de padecerla en la espera del próximo hijo. De todas formas, la pubalgia no es indicativa de cesárea, la mayoría de las pacientes son capaces de enfrentar un parto vaginal sin problemas.

DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO

El diagnóstico de la pubalgia se realiza en base a los síntomas y al examen físico; el estudio por imágenes puede ser útil pero su uso es poco frecuente durante el embarazo, estas se reservan para los casos más severos. Hay ciertas maniobras que ayudan a aislar e identificar el dolor como la abducción y flexión de los muslos. El manejo de esta molesta situación va a depender de las circunstancias que enfrenta la paciente, es decir, si está en el período de gestación, el parto o el puerperio.

Lo ideal es que acudas a un especialista sanitario que te ayude con esta patología: el fisioterapeuta. Podrá orientarte de manera adecuada, tratarte con maniobras que alivien la carga de la zona y la estabilicen, enseñarte una rutina de ejercicios y estiramientos adecuada y adaptada para cada paciente. Aunque no siempre es posible prevenir estas molestias, debido a que muchos de los factores son propios del embarazo, si que podemos minimizar los riesgos:

  • Es aconsejable que la géstate mantenga un peso saludable.
  • Evitar pasar mucho tiempo de pie y hacerlo en posición simétrica (no con la cadera hacia un costado) y no usar tacones.
  • Dormir con una almohada/cojín entre las piernas para mantener la pelvis alineada.
  • Evitar subir y bajar escaleras, cargar peso, vestirse de pie…
  • A la hora de levantarse de la cama o salir del coche, hacerlo con ambas piernas a la vez.
  • Realizar ejercicios para asegurar al máximo posible la estabilidad y el equilibrio de la zona. (Recomendablemente actividad en el agua.)
  • Usar cinturón pélvico: ayuda a mantener la estabilidad y alivia el dolor.

Y sobre todo paciencia, ¡mucha paciencia! Esto solo es transitorio.