Cómo cuidar la alimentación en vacaciones

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lega el verano y con él las esperadas vacaciones, ¡Qué ganas!. También es la época en la que nos entran ciertos miedos de descuidar la alimentación que tanto hemos trabajado el resto del año.


No os preocupéis, aquí os indicamos unos consejos a seguir para poder gestionar de una forma adecuada la alimentación durante las vacaciones de verano.

Es importante tener claro el objetivo principal de las vacaciones, que es disfrutar, descansar y desconectar del estrés y de las preocupaciones. Por lo tanto, la alimentación no puede ser causa de agobio o de estrés durante esos días de descanso, no puede ser la razón de no disfrutar de las vacaciones.

Hay que cambiar la actitud, tener un objetivo más realista y fácil de conseguir, como por ejemplo mantenerse. De esta forma no nos agobiaremos y podremos disfrutar de los días de descanso.

Ser consciente de lo que se come y tener una conducta moderada y sana respecto a la comida. Intentar contar menos calorías y más elegir bien lo que se va a comer.

Evitar los extremos: ni “ da igual lo que coma, total, estoy de vacaciones” ni andar pesándose todos los días. Buscar un equilibrio, eso hará que lo disfrutéis más. Por ejemplo, podemos tomarnos un helado pero ¿ hace falta tomar helado todos los días?.

Esta es muy importante. NO OS PESÉIS! ¿para qué?. Si habéis disfrutado las vacaciones y habéis tenido una buena conducta en cuanto a la gestión de comida, intentar quedaros con eso.

No paséis muchas horas sin ingerir nada de comida, intentar distribuirla en varias tomas a lo largo del día. Es decir, aparte del desayuno, comida y cena intentar completarlo con un tentenpié y merienda saludable. De esta forma también evitaremos las comidas demasiado copiosas o pesadas.

No dejar de lado el ejercicio durante las vacaciones. Aprovechar el tiempo libre para hacer alguna actividad que os guste y así manteneros activos. Así a la vuelta os costará menos también retomar vuestra rutina de ejercicio.

Por último y no por ello menos importante, hay que asegurarse una buena hidratación. En verano el calor y la humedad favorecen la deshidratación y por ello no hay que esperar a tener sed para beber agua. Se recomienda entre 1,5 a 2 L de líquidos al día.

Con todos estos consejos disfrutaréis al máximo de vuestras vacaciones con la tranquilidad de saber que no dejáis de lado los cuidados alimenticios.

¡FELIZ Y SANO VERANO!